Una distracción puede salirnos muy cara cuando estamos cocinando. ¿Cuántas veces has puesto la sartén con aceite a calentar y te has ido a hacer otras cosas? Bien porque te han llamado por teléfono o porque has decidido terminar una pequeña tarea que se te había quedado pendiente. Y la sorpresa, al llegar a la cocina, es que la sartén está ardiendo.

En estos casos, resultan muy útiles los detectores de incendios. Si no tenemos alguno instalado en casa, nos acordaremos de que dejamos la sartén al fuego por el olor. El problema es que este descuido puede ser el inicio de un incendio.

Para evitar que la situación se complique, el equipo de Bomberos de Socorro recomienda, en primer lugar mantener la calma. «Es lo primero y muy importante», .

«Inmediatamente, tenemos que coger uno de los paños que habitualmente tenemos en la cocina y humedecerlo rápidamente bajo el grifo», explica. A continuación, escurre bien el trapo. De lo contrario, podríamos empeorar la situación pues el aceite reacciona de una manera muy violenta con el agua.

Con el paño humedecido, lo cogemos con los picos extendidos hacia dentro, de tal manera que la tela caiga hacia el exterior cubriéndonos los antebrazos. Entonces, con decisión, echamos el trapo sobre la sartén ardiendo y la alejamos del fuego. Por último, desconecta la cocina, si es eléctrica o cierra la llave dle gas. «Este es el metodo de extinción más eficaz», .

«Nunca tenemos que echar agua porque vamos a producir una reacción muy violenta pues esta, al pasar a estado de vapor, empuja al aceite al exterior de la sartén, provocando una gran llamarada o incluso un incendio»